martes, 14 de julio de 2009

Lugares comunes, lugares peligrosos

Domesticando, pero no a todos...

Ayer me acordé del zorro de El Principito, la parte de: ¿Qué significa domesticar? muy bonita. Me acuerdo que leí ese libro con mi padre y ese verano aprendí a hablar francés. ¡Qué barbaridad! de cero a todo en un verano. Si hubiera seguido haciendo eso todos los veranos desde aquel ahora sabría más de 10 idiomas (por lo menos de los fáciles del tipo de italiano o portugués). Pero me extravío, recuerdo que ese libro estaba lleno de momentos estupendos y así me gusta recordarlos. El tema de la Rosa, "Lo esencial es invisible a los ojos", el astrónomo turco (ahora que soy consultor me viene mucho a la cabeza lo del traje) etc..

Años después (no muchos), hablamos de ese libro en la clase de filosofía, por aquel entonces muchos lo habíamos leído, El Principito se convirtió en un fenómeno compartido en el que una gran cantidad de gente (10 por lo menos) explorábamos nuestro gusto y sensibilidad sobre el libro. En aquel momento no fui consciente del todo de lo que aquello significaba. Para mi los buenos momentos literarios o artísticos personales han sido cada uno como un lugar secreto en el bosque.

Ahora pienso en aquel lugar secreto, compartido en aquel momento sólo con mi padre, y que luego pasó a ser de dominio público. Aquel rincón del bosque fue pisoteado, claro que entonces no me parecía eso. Ver tanta gente por allí era reafirmante y el sentimiento de especialidad todavía no estaba gastado.

El beso, de Klimt, belleza asequible para todas las sensibilidades

Seguí visitando ese tipo de lugares, conmovido. Visité a El lobo estepario y a El Beso de Klimt, La Piedad de Miguel Ángel, y a otros así. Con el tiempo he visto esos sitios atiborrados de gente, la mayor parte de la cual(misántropo diréis), no me ha gustado encontrármela ahí. Determinadas obras tienen un punto emotivo, muy emotivo y es incómodo encontrarte a esa gente ahí. Además, ¿qué se puede decir? a esta emotividad extrema no se puede acceder con palabras, o no se puede con facilidad.

Estos lugares han sido muy transitados, estos lugares están ahora llenos de gente peligrosa. En cualquier momento te puede salir una sonrisa bobalicona mientras compartes de manera banal algo cuyo sabor ya se te ha escapado.

3 comentarios:

  1. No hay que pensar que están tan llenos de gente, porque no es así. Además cada uno entiende la sensibilidad través de sus ojos de una manera muy personal.
    Creo tu recuerdo del principito tiene tanto valor para ti no tanto por el libro en sí, sino por la persona que te lo enseñó.
    L.C.

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  2. Creo que yo también soy del lugar secreto de El Principito, pero Klimt es todo tuyo.

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  3. Uno puede pensar que la propia opinión sobre el arte es independiente de la de los demás pero no es así. En el fondo, el arte o la política son una toma de postura sobre más elementos que los puramente definitorios del discurso (artístico o político) en sí. Aunque no debiera, el contexto es importante. Y para el arte el hecho de que determinadas obras estén abarrotadas o llamen a la ñoñería las hace peligrosas.

    Klimt me gusta pero nació con vocación de masas. Prefiero a Hopper. De hecho creo que pondré algo de él, aunque sólo sea para que me quede más bonito el blog.

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