


Hay una manera de educar a los hijos de Samurais. En su infancia se ha de favorecer su bravura y evitar darles miedo frívolamente o burlarse de ellos. Si una persona se ve afectada por la cobardía cuando niño, queda una cicatriz para toda la vida.
Es un error de los padres que, sin reflexionar, hagan temer a los niños los relámpagos, los sitios oscuros, o contarles cosas terroríficas para provocar sus lloros. Más aún, si un niño es reñido severamente se volverá tímido. No debe tolerarse que se formen malos hábitos. Después que se ha formado un mal hábito, aunque se reprenda al niño, ya no mejorará. Para cosas tales como el hablar correctamente o tener un buen comportamiento hay que volver gradualmente al niño consciente de ello. No dejéis que el niño conozca la avaricia. Otra cosa más, si tiene una naturaleza normal, se desarrollará siguiendo el camino que se le marque.
Hagakure (S XVIII)
Tokio Blues (Norwegian wood) - Haruki Murakami
La nostalgia por el pasado de un adulto genera un gran flashback, que te transporta al paso por la última etapa de su adolescencia, siendo esto solamente un marco de referencia temporal y no la historia central. Desde esta perspectiva un protagonista solitario (que curiosamente no transmite soledad) y estigmatizado por su pasado (más de lo que él mismo cree) nos despierta sensaciones agridulces haciendo que recordemos sentimientos de nuestro pasados al describirnos de una manera muy evocadora su cotidianeidad y su relación con la gente que le rodea...
Tokio blues está llena de sucesos casi oníricos y personajes muy poco habituales, con ciertos tintes de realismo mágico en su forma de pensar. Las descripciones son casi telegráficas pero nos hacen ver todo muy claramente, quiza imaginándolo a nuestra manera... Pero de cualquier forma uno consigue al leerlo "degustar" lo que está siendo descrito al sentirlo como si fuera algo nuestro, parte de nuestra infancia/adolescencia/pasado, sin llegar por este motivo a sentirnos demasiado identificados con Watanabe (nuestro protagonista), ya que él es casi un personaje de fábula más que una persona que nos podamos encontrar en nuestro día a día. Esto mismo sucede con los demás personajes que rodean a Watanabe, siendo todos ellos excepcionales de alguna forma al mismo tiempo que se sienten atrapados por si mismos, más condenados a su destino que predestinados.
Recomiendo tener cuidado con el efecto adictivo de sus páginas y leerlo poco a poco, saboreando cada párrafo, ya que más que una novela hecha para contarte una historia parece hecha para evocar, siendo cada capitulo como una bocanada casual de algún aroma de nuestro pasado.
Todo empieza con esta melodía (de ahí el título):
Y aquí la que sería mi "Nowegian wood":