
El otro día, en mi tienda habitual, vi que había salido un comic nuevo de los
New X-Men. Era el séptimo tomo del recopilatorio que vienen publicando. Al verlo y mirar la portada, tenía un no sé qué distinto. Que no era de
Quitely saltaba a la vista, pero ya llevábamos algunos números penando por su ausencia, y esto no era más una novedad.
No, el sabor añejo de esa portada se lo daba
Marc Silvestri, conocido por ser cofundador de
Image y creador de
Cyberforce, amen de dibujante de una etapa clásica de la
Patrulla. Lo primero que puede verse en la portada es la figura de un
centinela clásico. La rigidez de la portada de
Silvestri me transmitió yuyu nada más verla. Algo malo se cocinaba.

Efectivamente, aparte de los poco evolucionados lápices de
Silv, el bueno de
Grant Morrison nos preparaba una desagradable sorpresa: la millonésima trama en un futuro alternativo. Además se repetían multitud de tópicos, como el futuro apocalíptico, la versión futura de Marvel más querida de todos los guionistas. Debe ser alguna retorcida pulsión de muerte. También tenemos a
Lobezno,
un fijo de los futuros alternativos, ya que, como todos bien sabemos, no envejece gracias al factor curativo,
Jean Grey (vuelve como
Fénix, claro), personajes nuevos de cero carisma
Tom Skylark y su centinela, la versión futura de
Pico, una mezcla entre
Hawkman y el águila de Harley-Davidson, secundarios de relleno como el
Pueblo Orgulloso de Starlight City, lleno de diseños variopintos de uniformes y personajes, pero estrictamente vacíos.
Al final tenemos batalla multitudinaria, discurso megalómano del malo ultrapoderoso y enfrentamientos de voluntades. Lo que debe ser el equivalente Marvel de las explosiones pseudoatómicas tentaculares de los mangas . Regularcito.
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